Ruta iberoamericana, circulación de editoriales independientes en librerías. Ése es el nombre del proyecto que busca generar un intercambio entre los actores que en el continente, en España y en Portugal dan vida a la producción independientes. Es así como cada versión de esta iniciatica elige un país invitado, que debe llevar parte de su trabajo y un grupo de sus profesionales a Bogotá, y luego, bogotanos visitan librerías independientes de dicha nación invitada.
Es el caso de Chile, que entre el 15 y 19 de noviembre, estuvo en la capital del país cafetero. Algunos de nuestros socios, como Carmen Gloria Arce, de Uqbar, y Diego Álamos, de Ediciones del Desierto, participaron, junto a otros representantes nacionales, como Coco Riverón de la Librería del GAM.
“Fue una experiencia excepcional, sobretodo por los desafíos históricos que implica pensar algo así como una ruta iberoamericana del libro, que está cortada –no hay camino– y, de alguna manera, este proyecto la pone en cuestión e intenta, desde la conversación, desde el compartir la experiencia, restablecer las vías”, dice Álamos.
Y agrega: “Visitar librerías, en cuanto editores, es algo muy importante, pues éstas son el punto de encuentro predilecto del libro con sus lectores. Asimismo, compartir con editores, siendo librero, no puede ser más interesante al vislumbrar un lugar en Chile para el libro colombiano”.
Este 2018 será el turno de que los bogotanos visiten Chile. Esto ocurrirá gracias a un fondo de ProChile, que financia tres delegaciones de visitas al país, una de ellas, las de la Ruta Iberoamericana. “Claro que me gustaría que editores y libreros visiten nuestro proyecto de la Librería del Desierto en San Pedro de Atacama, de manera de poder completar un círculo; aunque lo que creo que sería un factor de crecimiento sería realizar con las visitas colombianas el citytur de librerías santiaguinas, tal como el que realizamos nosotros, editores chilenos y libreros chilenos, de manera de encontrarse en el punto de venta, que es donde el mercado del libro cobra vida. En Chile, en comparación a Colombia, no tenemos este diálogo ni trabajo conjunto editores y librerías, y creo que este encuentro podría ser un comienzo”, concluye Diego Álamos.
